miércoles, 24 de julio de 2013

Nota de El Clarín The Strongest, el más fuerte ante la tragedia

Nota de El Clarin: The Strongest, el más fuerte ante la tragedia

En 1969, un accidente aéreo se devoró al plantel. El equipo se repuso y logró ser bicampeón de Bolivia. Rolando Vargas, sobreviviente del accidente por puro azar, le contó a Clarín.com la historia de solidaridad que nació de aquel dolor
Del avión quedaron esos pedazos esparcidos por el suelo ajeno. Y nada ni nadie más. A todos se los llevó el destino que se hizo tragedia. Aquel 26 de setiembre de 1969, los detalles oficiales contaron que la nave Douglas DC-6 del Lloyd Aéreo Boliviano partió desde Santa Cruz de la Sierra a las 14.10. Ya a las 15.30, los operadores del Aeropuerto del Trompillo notificaron a las autoridades aeronáuticas de Cochabamba y de La Paz que habían perdido contacto con el avión. Se pensó en una emergencia grave. Pero la peor de las noticias se corroboró pronto: el avión se había estrellado y las 74 personas que allí viajaban fallecieron, entre ellos 16 futbolistas de The Strongest, quienes estaban de regreso tras disputar un cuadrangular amistoso. El lugar donde sucedió el accidente, Viloco, le puso nombre a la tragedia. Aquella tarde nublada es también la del dolor más grande en la historia del fútbol boliviano.

El azar de sus lesiones les salvó la vida a dos futbolistas: Luis Gini y Marco Antonio Velasco. También el destino quiso que Rolando Vargas, El Perro, no estuviera allí. Por primera y única vez el club lo había autorizado a no jugar para atender su otra actividad: gerente en la empresa de su padre Carlos Alberto, una agencia de aduanas. No se subió al avión apenas por ese detalle nacido de la casualidad. Lo dice él, ahora, a la distancia, desde la noche de La Paz: "Fue un momento muy duro. Para todos. Para Bolivia entera, para el fútbol, para tantas familias. También para mí. Me costó mucho recuperarme de aquel golpe". Le cuenta a Clarin.com que vive frente al estadio y que The Strongest está en su historia, pero también en su piel. Su fútbol y las circunstancias lo transformaron en un mito capaz de caminar las calles de la ciudad. En algunos locales no le quieren cobrar y los taxistas se ofrecen para llevarlo gratis. A los 74 años, su lucidez no sufrió averías. Recuerda que en 1965 jugando para la Selección de Bolivia le hizo un gol a la Argentina, en el Monumental. Tiene un orgullo mayor que abraza sin jactancia: fue el capitán de la reconstrucción del The Strongest, aquellos días bravos que continuaron a la tragedia.

Vargas tiene aquel accidente aéreo instalado en ese pedazo de la memoria que late todos los días. Dice que en ese momento volvió a nacer, pero que también murió un poco. Era eso, en definitiva, la muerte de sus compañeros. El sitio oficial del club retrata aquella sensación de todos: "La congoja y el dolor se apoderó no sólo de la familia stronguista, sino del pueblo y el país en general, ya que la noticia de la caída de la nave en las cumbres de Viloco, en la Cordillera de los Andes, sembró de luto todo el territorio nacional". Y del dolor inmenso nació el apodo para aquel plantel: "Los Mártires de Viloco". También se consolidó la impronta de equipo tenaz ante las adversidades. El nombre terminó siendo un determinismo: The Strongest es "el más fuerte" en idioma inglés y también en el fútbol del altiplano.

Hubo solidaridad incluso fuera de Bolivia a los efectos de volver a darle vida al equipo paceño. Desde Argentina, Boca brindó a dos de sus promesas juveniles (Luis Bastida y Víctor Hugo Romero, conocido como Romerito) y organizó un encuentro a beneficio; en San Pablo, Santos ofreció su plantel para jugar un amistoso; en Río de Janeiro, se disputó el principal clásico de la ciudad (Flamengo-Fluminense) para recaudar fondos en nombre de la recuperación; la Confederación Sudamericana donó 20.000 dólares; Bolívar -archirrival histórico del The Strongest- aportó futbolistas para la creación del equipo nuevo, el llamado The Strongest Símbolo. De todos esos gestos gratos brotó un plantel vencedor: ese rompecabezas se convirtió -en los dos años siguientes- en el bicampeón de la Liga de La Paz. "Era casi un seleccionado que surgió de la generosidad de la gente, de los nuestros, de los rivales, de otros países. Fue un muy lindo ejemplo de solidaridad", se convence y convence Rolando Vargas.

The Strongest ya es parte de la mitología del fútbol sudamericano. La FIFA lo ubica en su Salón de la Fama, como uno de los referentes del fútbol boliviano. No es casualidad. Entre otras conquistas, se trata del club con más títulos del país (desde aquella consagración inaugural de 1914) y el único tricampeón de la Era Profesional (creada recién en 1977). La institución nació de un entusiasmo. En 1908, un grupo de amigos recién salidos del servicio militar obligatorio decidió trasladar al campo de juego las palabras cotidianas. Hablaban de fútbol, querían jugar al fútbol. Al momento de elegir el nombre, contaban que querían sentirse fuertes. Y alguno sugirió la palabra "strong", del inglés. Las derivaciones hasta The Strongest sucedieron en breve. Se analizaron luego los colores que los identificarían. Se quedaron con las rayas verticales negras y doradas; una suerte de homenaje a un pájaro autóctono de La Paz llamado chayñita. Sin embargo el ave no se hizo mascota. Hasta llegar al tigre actual -emblema de la constancia- pasaron por la vicuña y el leopardo.

El afán de lucha y de superación surgió desde el principio de los días del club. Y se fue escribiendo en varios rincones del camino recorrido. Sirve un ejemplo: poco menos de tres décadas después de la fundación, la Guerra del Chaco -el conflicto bélico que enfrentó a Bolivia y a Paraguay entre 1932 y 1935- le daría lugar a un hecho único, motivo de orgullo del The Strongest: en honor a la heroica caída en acción de José Rosendo Bullaín, un ex jugador de la institución, el enfrentamiento en el que falleció es conocido como la Batalla de Cañada Strongest.

Más allá de la gloria que cuentan los títulos, El Tigre es también lo que la letra de su himno, escrito por Froilán Pinilla, indica: "Strongest, este himno / Es un beso de amor / La fuerza de su empuje / La sonrisa de su honor // Si el oro es tu pendón / El negro tu altivez, / Oro y negro simbolizan / Tu heroica tradición". Y resulta, sobre todo, lo que describe El Perro Vargas a Clarín.com con esa voz mansa que desmiente el apodo: "Un milagro que nació del corazón de todos". De los que juegan, de los que jugaron y de los ausentes, también.

1 comentario:

  1. sabian que hay un ex jugador de the estrongest en la ciudad de La Paz de nombre Ruperto Inchausti Velasco seria genial que lo entrevistaran creo que es uno de los unicos jugadores mas antiguos busquen en la guia de telefonos su direccion

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